Según nuestra ilustrada RAE, “escribir“, en su primera acepción, se trata simplemente de representar las palabras o las ideas con letras u otros signos trazados en papel u otra superficie.

En el caso de “idea“… no sé!, mejor me quedo con su cuarta entrada, quizás por ese barniz de creatividad que incorpora; hablamos entonces del plan y disposición que se ordena en la fantasía para la formación de una obra.

Uff!, “obra” quizás asusta un poco, atribuye entidad demasiado excelsa al ejercicio de la escritura, ¿no era una simple representación? ¿por qué asociarla entonces a semejante cuestión? Mejor quedarnos, en el caso de este término, también en su primera interpretación, “primero y más obvio de los actos del entendimiento, que se limita al simple conocimiento de algo“.

De esta forma comienzo a enterarme de algo, escribimos para dejar constancia sobre una superficie cualquiera de algo que capturamos de otras escrituras (palabras) o de algún tipo de entendimiento propio (ideas). No son demasiado espectaculares estas divagaciones y, para muchos, el ejercicio de la escritura, tampoco es algo que deba adquirir más protagonismo del necesario en nuestro mundo en general, y en el ámbito educativo en particular.

Yo, sin embargo, considero la escritura entre las mejores forma de reflexión, una especie de autoterapia permanente, sargento de guardia a cargo del orden de sinapsis neuronales,… ¡deporte mental!.

Volviendo al inicio, quedaba superficie, como soporte del magnífico ejercicio de la escritura. Pues sí, la Rae tendría que adaptar la definición de escritura a los tiempos que corren, no sólo por cuestiones de soporte físico, sino quizás por otro tipo de cuestiones. Efectivamente podemos escribir sobre papel, una pizarra y hasta sobre la arena de la playa, como buenos ejemplos de “superficie”; y aparecen los blogs, soportes igualmente válidos de escritura superando ampliamente el concepto de superficie, convirtiéndolos en UN MEDIO fundamentalmente por dos razones:

1.- AUDIENCIA
Nuestras ideas, por muy modestas que sean, o por mucho que se dediquen a expresar tonterías como las representadas en este post, pueden ser conocidas por miles y miles de personas en escasos segundos. Es la gran diferencia: la producción escrita, hasta hace muy poquitos años, adquiría carácter público sólo en el caso de los grandes autores o periodistas, con el respaldo de las grandes empresas mercaderes del conocimiento humano. Hoy en día, basta con un par de clics de roedor tecnológico para que nuestros alumnos, y hasta nosotros mismos, podamos desvariar lo que nos de la gana y contar CON AUDIENCIA propia, por muy pequeña que sea.

2.- CONEXIÓN
La mejor estadística para refrendar que tu AUDIENCIA existe es el comentario. No es plato de mal gusto saber que te visitan, que no leen, más de 3000 personas al día, pero no cambiaría miles de visitas por ninguno de los comentarios que cualquier persona, en algún confín del planeta, ha dejado tras alguna de mis paridas. Saber que algo que escribes, por muy intrascendente que pueda ser, ha merecido que alguien dedique 5 minutos a reflexionar y otros cinco a escribir una respuesta es algo increíble. Nunca jamás la humanidad ha tenido una oportunidad tan inmediata y cercana de generar conocimiento, compartir experiencias, conocer alternativas y hasta de producir amistad; el sistema educativo tiene que montarse en este tren y disfrutar de esta magnífica oportunidad de, sencillamente, ESCRIBIR.

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