Quizá de entrada parece una pregunta desmesurada, atrevida o sin sentido pero si uno se para a reflexionar sobre ello a lo mejor no es una pregunta tan simple de contestar. Creo que cuando un profesor cruza la frontera de lector pasivo y se decide a crear su propio blog cruza una frontera, virtual o no, pero que tiene repercusiones en su día a día. Opino que tener o no tener un blog significa tener o no tener una determinada actitud como docente. Innovación, cambio, experimentación, ganas, vocación, entusiasmo, ilusión son calificativos que se esconden detrás de esta actitud. Por supuesto, también pueden esconder otras no tan altruistas: la alimentación del propio ego, la proyección personal, y alguna cosa más que seguro se me escapa pero que, en sí mismas, no tienen porque ser consideradas como negativas.

Pero un blog es algo personal e intransferible: a mí sí me ha cambiado la vida. Creo que entrar en esta comunidad ha sido lo más divertido y fascinante, profesionalmente hablando, que me ha ocurrido nunca. Y la llave que lo ha hecho posible ha sido el blog, y ni siquiera el mio propio, eso vino después, sino una colaboración en un blog colectivo.

Seguro que casi todos lo que leéis estas palabras habéis sentido a pie de aula , que después de estar cansado de darle a la lengua todo el día, llega al despacho y se siente un poco sólo, un poco abandonado. Por inercia enciendes el ordenador y te pones a leer. Cuando descubres a otros compañeros y compañeras que están trabajando en la misma línea que tú, te sientes como si hubieras dejado el balcón abierto y, de pronto, el ambiente se refresca y te animas a seguir trabajando.

No faltan ocasiones en las que uno se asusta un poco con todo este tinglado, pero haces amigos, buenos amigos. De repente, un día cualquiera, te descubres a ti mismo apuntando ideas para un post en ese cuaderno amarillo que llevas en la chaqueta o en el cuaderno de profesor en el lugar más insospechado.

Y es que en esta blogosfera educativa cabemos todos y de todo: tigres, toritos guapos, mudejaricos, profesores ilustres e ilustrados, ángeles y demonios ;), filósofos y clásicos, músicos y maestros.

¿Cómo son de verdad los educadores y las aulas de este siglo 21? Creo que un poco de cada uno de estos profesores y profesoras que están detrás de las páginas dispersas en cientos de blogs, de cada comentario, e incluso, de cada lector son los que están orientado este barco: ¿quién sabe a dónde nos llevará esta espiral de cambios en la que nos hemos sumergido? Mientras tanto surgen planetas por aquí y por allá, formando todo un universo de posibilidades y de expectativas.

Es muy importante que nos conozcamos, que nos leamos, que nos comentemos, que participemos. Esta es una buena ocasión para que otros compañeros conozcan ese blog de un compañero que tedio una idea, que contestó a uno de tus comentarios o te resolvió una duda. Anímate, participa.

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